A media hora en coche de Bruselas se encuentra Malinas (Mechelen en flamenco), un rincón con encanto de Bélgica.
Al llegar dejamos el coche en el parking de la catedral, y mientras subíamos las escaleras hacia la superficie, la catedral iba apareciendo ante nosotros enorme e impresionante. Caminando unos pasos llegamos al Grote Markt, dominado por fachadas encantadoras.
En una esquina de la plaza nos encontramos a un curioso personajillo. En un principio pensamos que era un niño siendo manteado, pero luego vimos que era un señor. No teníamos ni idea de quién era este personaje, pero luego nos informamos un poco y se trata del Opsinjoorje, todo un símbolo de Malinas (que simboiza al borracho del pueblo).
En esta misma plaza nos sentamos en una terraza para tomar una cerveza y probamos una de la zona.
Eso sí, para tomaros una cerveza os recomiendo Het Anker, una cervecería mítica donde podéis probar una de las cervezas Carolus, que ha ganado diversos premios.
Después de la cerveza dimos un corto paseo por el centro, entramos en el ayuntamiento y en la catedral, tras lo que dimos por finalizada nuestra corta visita a Malinas.