Los acantilados de Moher son una de las principales atracciones naturales de Irlanda y no nos los podíamos perder.
Estos acantilados se encuentran en la costa Oeste de la isla, a 3.5 horas en coche de Dublín.
Es un espacio natural y la entrada es «gratuita», pero como en esta vida no hay nada realmente gratis, nos cobraron la entrada indirectamente con el ticket del aparcamiento. Y es que hay un aparcamiento, que de hecho es el único sitio donde se puede estacionar el coche en la zona, donde nos cobraron 6€ por cada persona que iba dentro del vehículo, en lugar de cobrarnos un precio único por dejar el coche.
Tras cruzar la entrada, dejamos a mano derecha un edificio donde se pueden comprar recuerdos, hay aseos y también información sobre la histora de la zona. Hicimos una parada técnica para utilizar los aseos y coger un folleto informativo.
El paseo bordeando los acantilados nos llevó unas dos horas más o menos, sin prisas, parando para sacar alguna foto, y cruzándonos con gente que le debe tener poco aprecio a su vida, viendo el riesgo innecesario que corrían a la hora de asomarse a los acantilados para hacerse una foto. Algunos incluso se atrevían a jugar con un balón en chanclas en el borde de una zona sin vallas de seguridad ¿?
También abundan los animales pastando por la zona, sin duda con unas vistas privilegiadas.
Reconozco que tuvimos muy buena suerte con el tiempo que nos hizo ese día, aunque el paisaje puede ser igual de hermoso con nubes en el horizonte, siempre y cuando la niebla no nos impida ver a más de 5 metros de distancia.