Tras un copioso desayuno en Cork nos subimos al coche para dirigirnos al famoso Ring of Kerry, pero nuestra primera parada en el camino sería el Priest’s Leap.
Este impresionante rincón de Irlanda se encuentra en el condado de Kerry, y aunque no es el lugar más accesible del mundo, si se está atento a las indicaciones no es complicado llegar. Eso sí, preparaos para los baches y carreteras estrechas. Por el camino el paisaje es precioso, aunque por algunos tramos de la carretera preferí no asomarme por la ventanilla por la altura a la que nos econtrábamos conduciendo por carreteras estrechísimas y padeciendo vértigo.
Cuando por fin llegamos al punto más alto, lo que nos encontramos fue una cruz de hierro, que parecía que iba a salir volando a causa del viento, y unas vistas increìbles.
No parece que sea un lugar muy visitado, ya que por el camino no nos cruzamos más que con ovejas y pastores, pero desde luego en mi opinión merece la pena ir si estáis por la zona del Ring of Kerry.