Nos encanta viajar, pero nuestro presupuesto muchas veces nos limita las opciones y en esta ocasión viajamos a un país bastante caro, Noruega.
Nuestra primera limitación surgió a la hora de elegir aeropuerto de destino, y es que viajando con Ryanair la opción más económica era viajar al aeropuerto de Rygge, en Moss, a 60km de Oslo. Una vez llegamos al aeropuerto, tuvimos que coger un autobús que en una hora nos llevó hasta la estación de autobuses de Olso. El trayecto sólo de ida cuesta 160 NOK, pero si lo cogéis de ida y vuelta os sale por 290 NOK, con lo que os ahorráis 30 NOK. Para coger el autobús de vuelta, salen desde la misma estación de autobuses donde os dejan a la ida 3 horas antes de cada vuelo programado, así que fijaos bien en la hora a la que sale vuestro avión y calculad que tres horas antes saldrá el autobús desde la estación. Si por cualquier motivo perdéis el autobus de la estación al aeropuerto, la única manera de llegar será en taxi y el trayecto cuesta 1200 NOK, que a día de hoy son unos 155€ la broma.
Ya en el centro de Oslo nos dirigimos a nuestro hotel para dejar el equipaje. Nuestra elección fue el hotel Anker, aunque al lado tenéis el hostal Anker, más económico. La habitación triple nos salió por 1190 NOK por noche, e incluye desayuno.
Tras dejar el equipaje empezamos nuestra corta visita a la capital Noruega, empezando por la catedral. Aunque pueda parecer pequeña y austera, por dentro es muy bonita y tiene mucho encanto.
No conseguimos encontrar la simbología de una escultura que se encontraba en el interior, os dejo una foto para que juzguéis.
Seguimos nuestro paseo por la calle Karl Johans Gate, una de las vías principales de la ciudad, pasando por el parlamento, la universidad, el teatro, y llegando hasta el palacio real.
Después nos dirigimos hacia la zona del puerto, pasando por el ayuntamiento y el Centro Nobel, que alberga exposiciones sobre los galardonados con el premio nobel de la paz, que se entrega en el ayuntamiento.
En el puerto podéis sentaros a descansar en una terracita o en un banquito tomando un helado o un chocolate caliente, según el tiempo que haga.
Desde allí podéis ver el castillo medieval Akershus, siguiente parada en nuestra ruta.
La entrada al recinto del castillo es gratuita, aunque hay varios museos que podéis visitar pagando.
Y finalmente nos dirigimos a la ópera, un edificio bastante original, cuyo diseño se inspira en un glaciar flotando en el mar. Aunque no vayáis a ver ningún espectáculo, podéis acceder al vestíbulo sin necesidad de entrada y echar un vistazo al edificio por dentro.
Nuestro pequeño tour por la capital escandinava terminó con una cena poco noruega en el Café Sara. Aunque el menú no parecía muy típico del país cenamos bastante bien y a un precio razonable. Fue nuestra elección por recomendación de la recepcionista del hotel, que nos dijo que era el sitio perfecto cuando le dijimos que buscábamos un sitio barato y que estuviese cerca.
Nuestra visita a Oslo fue breve, ya que al día siguiente partíamos hacia Flåm con el tour «Norway in a Nutshell«, pero si hubiésemos tenido algo más de tiempo nos hubiese gustado visitar la península de Bygdøy, donde hay un museo Vikingo con varios barcos vikingos, y también el museo Munch que alberga el famoso cuadro de Edvard Munch, «El grito». Si alguien que haya visitado la península o el museo nos quiere dar su opinión sobre los mismos estaremos agradecidos 🙂
NOTA
Si también os habéis decantado por el aeropuerto de Rygge, debéis saber que no hay ninguna oficina para cambio de divisas, debéis esperar a llegar a la estación de autobuses de Oslo para poder cambiar euros por coronas. Si no lleváis coronas en el bolsillo, podéis pagar el autobús con tarjeta. Si por cualquier razón tenéis problemas con el pago con tarjeta en el autobús, hay un cajero en el aeropuerto. Si en lugar del autobús escogéis el taxi, también podéis pagarlo con tarjeta, pero en este caso posiblemente tengan que dividir el importe al ser superior a las 1000 NOK y tendréis que utilizar dos tarjetas.
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