Una mañana en Gruyères

Llegamos a Gruyères tras un trayecto en tren de algo más de dos horas y dos trasbordos desde Ginebra.
En cuanto nos bajamos del tren pudimos apreciar la tranquilidad que impera en este pequeño pueblo suizo, famoso por el nombre que le da al conocido queso.

Gruyères

Gruyères

Al salir de la estación nos encontramos de frente con LA MAISON DU GRUYÈRE, donde hay una tienda en la que podéis comprar recuerdos (queso principalmente), un restaurante y una especie de museo del queso Gruyère, donde podréis entrar por 7 francos y os explicarán el proceso de producción del queso además de degustar tres clases de queso.
En la puerta de la estación hay una parada de autobuses. Ahí mismo podéis coger un autobús para que os lleve al pueblo. Como hacía sol y buena temperatura a pesar de la nieve que nos rodeaba, preguntamos a unos lugareños como podíamos llegar al pueblo andando y nos explicaron amablemente cómo llegar, y que solo serían unos 10 minutos, así que allí fuimos.

 

Gryères

Gryères

Las vistas son espectaculares, sobre todo en un día soleado, y el pueblo es un verdadero «rincón entrañable». A pesar de ser muy pequeño, en Gruyères tienen nada menos que un castillo, un museo del creador de Alien HR Giger, y un museo dedicado al Tibet (entre otras cosas).

Gruyeres - Muse HR Giger

Gruyeres - Muse HR Giger

Vistas desde Gruyères

Vista desde Gruyères

Tras dar una vuelta por el pueblo volvimos a la zona de la estación para visitar LA MAISON DU GRUYÈRE y que nos explicasen el procedimiento de producción del queso, y para probarlo también. Además, no podíamos irnos de allí sin comprar un trozo como recuerdo.
Como ya iba siendo hora de comer, decidimos comer en el mismo restaurante, donde tienen el menú del día por 17 francos. Nosotros optamos por elegir algo de la carta, así que tomamos una sopita de puerro deliciosa, y una fondue para compartir entre tres (equivalente a una porción de queso de 200 gr). La fondue venía acompañada de patatas, pepinillos y cebollinos para mojar en el queso. Bebimos cerveza y para terminar tres cafés. Éramos tres y la cuenta ascendió a algo más de 71 francos. No me pareció caro, creo que en el pueblo tendríamos que haber escarbado algo más en la cartera.

NOTA: Cuando queráis abandonar Gruyères mirad primero el reloj, ya que los únicos trenes que pasan lo hacen a las xx:58 y xx:59, cada uno en una dirección opuesta a la otra.

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