Un buen rincón para ver la puesta de sol en Tokyo es la isla de Odaiba, a la que podéis llegar en barco (no conozco los detalles, pero sé que existe la posibilidad) o cruzando el «Rainbow bridge» en monorrail. Para esta última opción debéis tomar la línea Yurikamome en la estación de Shimbashe. El trayecto es un poco caro, la verdad. No recuerdo la cifra exacta pero está entre los 300 y 400 yenes cada trayecto.
El día estaba despejado, y no tenía nada más planeado en mi agenda para esa tarde, así que allí me fui con mi cámara.
Entre las curiosidades que podéis encontrar en esta isla, está la Estatua de la Libertad, imitación de la neoyorkina.
Después de haber visto la original en una pequeña islita en mitad del rio Hudson, resulta extraño ver ésta rodeada de cerezos con la bahía de Tokyo de fondo.
Mucha gente acude este rincón de Tokyo para ver la puesta de sol.
Y cuando el sol ya se había escondido, me subí de nuevo al monorrail para volver al centro de Tokyo, rodeada de japoneses trajeados volviendo a casa después del trabajo.