Seguramente a muchos les suene haber visto las imágenes de una iglesia en la República Checa decorada con huesos humanos. Se trata del Osario de Sedlec en Kutná Hora, a una hora en tren de Praga.
Visitamos esta pequeña ciudad con New Europe, de los que ya os he hablado en alguna ocasión, ya que son unos guías fantásticos con los que he visitado distintas ciudades europeas, como Londres, Praga o Berlín.
La visita la hicimos en español con un guía checo que hablaba nuestro idioma perfectamente, aunque también podéis hacerla en inglés. Dura entre 5 y 7 horas, pero no se hace larga para nada.
Salimos desde la plaza vieja de Praga a las 11:00 y nos dirigimos a la estación de tren, donde debíamos coger un tren a las 12:00 para ir a Kutá Hora. El precio del billete de tren va incluido en el ticket que compramos para hacer la visita, así que no tuvimos que preocuparnos por comprar nosotros el billete, lo cual facilita las cosas cuando uno está en un país en el que no entiende una palabra.
Llegamos a Kutná Hora a eso de las 13:00. Durante el trayecto el guía nos informó del menú del restaurante en el que íbamos a comer para que fueramos eligiendo y así agilizar la comida cuando llegáramos.
Al llegar a Kutná Hora, el guía nos habló de la historia de la ciudad, muy ligada a la religión, y nos dirigimos a la famosa iglesia decorada con restos humanos.
Esta decoración no tiene ninguna razón macabra, sino que se trata de motivos puramente estéticos. No vamos a juzgar los gustos de quien eligió este motivo decorativo.
Después del osario visitamos la iglesia de Santa Bárbara (el precio de la entrada iba incluido en la visita)y el «puente» de Carlos. Y digo «puente» entre comillas ya que no se trata de un puente real, sino de una imitación del famoso puente de Praga con el mismo nombre.
Y toca parar para comer. Como ya habíamos elegido el plato, fue bastante rápido. El restaurante era muy acogedor y económico, y lo cierto es que si hubiéramos ido por nuestra cuenta a Kutná Hora seguramente no habríamos comido en este restaurante, así que un punto positivo más para hacer la visita con new Europe.
Después de comer seguimos paseando por las calles de esta ciudad minera conociendo su historia de la mano de un guía estupendo, que como guinda de la visita nos llevó a un punto de la ciudad con unas vistas espectaculares de la iglesia de Santa Bárbara.