Montmartre

Me habían hablado muy bien de esta zona de París, y no me decepcionó. Es un barrio encantador, por el que uno debe ir sin prisas paseando y disfrutando del hermoso barrio de calles estrechas, casas bajitas y suelo de adoquines.

Pensamos que lo mejor sería empezar visitando el mítico Moulin Rouge, así que fuimos en metro hasta la parada Blanche  (linea 2).

Moulin Rouge

Entrada del Moulin Rouge

Molino Moulin Rouge

Molino del Moulin Rouge

El famoso cabaret está justo al salir de la parada de metro, no tiene pérdida.

Después de hacernos la foto imprescindible en la entrada con el molino de fondo, decidimos ir hacia la basílica del Sacré Coeur subiendo la rue Lepic. No elegimos este camino al azar, sino que ibamos buscando el número 15 de la misma calle, ya que se trata del café «Café des 2 Moulins», donde trabajaba Amélie en la película «Le fabuleux destin d’Amélie Poulin».

Amelie

Café des 2 Moulins

En esa misma calle pasamos por una pastelería y entramos para comprar unos macarons. Nunca había probado estos pastelitos típicos franceses y ese día aún no había desayunado, así que en cuanto los ví en el escaparate de la pastelería tuve que entrar a comprar unos cuantos. Están hechos de clara de huevo, almendra molida, azúcar y azúcar glas. Los hay de distintos sabores. He de confesar que aunque están buenos, son muy empalagosos para mi gusto… Los hay de distintos tamaños, así que aconsejo a los que queráis probarlos, lo hagáis con uno de los pequeñitos :).

Seguimos subiendo la colina y por el camino ya se puede apreciar la cúpula de la basílica.

Montmartre

Subiendo Montmartre hacia Sacré Couer

Seguimos caminando y llegamos a la Place du Tertre. Esta plaza está llena de artistas callejeros que venden sus obras en la misma plaza, entre las cuales se pueden ver verdaderas maravillas.

Place du Tertre

Place du Tertre

Esta zona es muy concurrida, por suerte llegamos muy pronto y pudimos desayunar tranquilamente en una terraza de la plaza, donde compartimos el desayuno con los gorriones.

Desayuno_montmartre

Desayunando en Montmartre

Alrededor de la plaza hay un montón de sitios donde comer, desayunar, tomar crepes o un helado. No son excesivamente caros, teniendo en cuenta que el día anterior habíamos pagado 16€ por dos cocacolas en una cafetería cualquiera. No obstante, es París, no es barato.

Después de relajarnos un rato con nuestro café, nuestro crepe y nuestro helado, fuimos hasta la basílica del Sacré Coeur.

SacreCoeur

Basílica Sacré Coeur

Las vistas desde este punto de París son impresionantes, y la propia basílica se ve claramente desde la torre Eiffel (visita que también os recomiendo, aunque aviso a los que sufran de vértigo que yo lo pasé mal en el ascensor…).

Eiffel_SacreCoeur

Basílica Sacré Coeur desde la torre Eiffel

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3 Comments
  1. Lo del vértigo lo comentaba el otro día con un amigo. Yo en la Eiffel ni me enteré, pero en la Funkturm(su hermana pequeña de Berlin) este año me agobié una «poca».
    En lo de los macarons estoy contigo(aunque son preciosos). Yo en Paris prefiero comer croissants que están riquísimos en cualquier panadería. El café de Amélie me lo perdí.:(

    • Cuando lo pasé mal en la torre Eiffel no fue una vez arriba, si no en el ascensor. Supongo que será porque va subiendo inclinado y es todo de cristal, me daba sensación de inseguridad :S
      En cuanto a los macarons, se pueden comprar en coruña en esta tienda:
      http://praline.es/
      y tienen una pinta fabulosa metidos en sus bolsitas, aunque como digo, demasiado empalagosos para mí 🙂

  2. Yo recomiendo una visita a Montmartre de día y otra de noche, es increible el contraste. Eso si, la nocturna con precauciones 🙂

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