Buscando el reloj de cuco más grande del mundo, hicimos una parada en Schiltach. No puedo dejar de mencionar esta preciosa ciudad alemana rodeada de frondosos bosques en la Selva Negra a orillas de los ríos Kinzig y Schiltach, de casitas pequeñas con entramado de madera.
Partimos de esta encantadora ciudad continuando nuestra búsqueda del reloj de cuco más grande del mundo. Lo encontramos de casualidad, puesto que se encuentra en la salida de una carretera cualquiera sin ninguna indicación!! De hecho tuvimos que tomar la salida sin tiempo a penas para reducir velocidad y poner intermitente… Suerte que íbamos atentos tras haber visto por la misma carretera varias tiendas de relojes de cuco que nos hicieron sospechar que estábamos cerca.
La verdad es que es un reloj de cuco como otro cualquiera, solo que más grande. No recuerdo qué hora era cuando llegamos, pero faltaba poco para que fueran y media, así que pudimos ver cómo salía el cuco, aunque no tuvimos tiempo de fotografiarlo, ya que enseguida volvió a esconderse. Nosotros no lo hicimos, pero es posible visitar el interior y ver el mecanismo del enorme reloj.
Saciada nuestra curiosidad de relojes de cuco, nos dirijimos a la que se considera la capital indiscutible de los mismos, Triberg, ciudad donde se encuentra la cascada más alta de toda Alemania, alimentada por el río Wutach. Antes de visitar la cascada paramos a comer en un restaurante bastante campechano del que salimos llenos y en el que nos atendieron estupendamente: http://www.lilie-triberg.de/
Para poder visitar la cascada hay que pagar una entrada de 7€ (con carnet de estudiante se queda en 5€). Se pueden comprar también cacahuetes para dárselos a las ardillas que encontréis por el camino, pero la verdad es que nosotros no vimos ni la primera… Merece la pena subir a verla, pero para los que no estéis en forma como yo, os aviso que al día siguiente tenía unas buenas agujetas en los gemelos de subir y luego bajar.
De vuelta en el pueblo, decidimos ir a probar la tarta con la receta original de la Selva Negra, que a diferencia de lo que muchos piensan, lleva nata! Fuimos a tomarnos un trozo de esta tarta al Café Schäfer, puesto que habíamos leído que en esta cafetería se elabora con la receta original.
Achtung! En esta cafetería nos dieron un ticket al servirnos que creíamos que era la cuenta, ya que ponía simplemente una cantidad en euros. Pero sólo era el importe por los trozos de tarta, las bebidas nos las cobraron aparte al irnos.