Estuve en Bélgica por primera vez en Noviembre de 2009, y esta pequeña ciudad me enamoró.
Cuando llegué se estaba haciendo de noche, y ya estaban todas las luces de navidad puestas, era finales del mes de Noviembre. Fue una visita fugaz y no recuerdo nombres de plazas o calles, pero es lo de menos, lo bonito de ciudades como estas es callejear.
Lo que sí recuerdo es que llegamos a la estación de tren, atravesamos un bosque, callejeamos, nos tomamos un gofre delicioso, y llegamos a una plaza en la que había montada una pista de patinaje sobre hielo y un mercado navideño.
Después seguimos callejeando y atravesando canales hasta llegar a una cervecería en la que disfrutamos de una cerveza belga (no recuerdo cual, pero seguro que estaba buena, con razón Bélgica es el país de la cerveza y el chocolate).
Para mí es una de las ciudades con más encanto y más bonita de Europa. Toda la razón cuando dices que es una ciudad de cuento.
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